Debemos trabajar continuamente en nuevas estrategias para seguir construyendo la familia, siempre con la finalidad de hacerla más sólida, fuerte, resistente, firme, pero además con una buena dosis de flexibilidad y maleabilidad; con esto no me refiero a una familia permisiva y alcahuete, me refiero a que cada miembro debe cumplir su rol y respetar y apoyar el del otro para complementarnos. Tampoco me refiero a las familias rígidas, que no dan el brazo a torcer, que lo que yo diga se hace y punto; como la estructura familiar antigua, que hoy día debería haber pasado a la historia, pero que lamentablemente aún las hay. Tanto la una como la otra, al igual que un puente sin la estructura adecuada, en cualquier momento colapsará.
Veamos el Segundo Pilar:
La Tolerancia: Actitud que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas aunque no coincidan con las propias. La persona tolerante implica ser flexible, saber escuchar, saber observar y tener empatía. Es el hecho de soportar o aguantar a alguien o algo. La tolerancia es la habilidad que posee una persona para admitir las diferencias con sus semejantes. Sin embargo, ser tolerante no es lo mismo que aceptar todo lo que nos “vende” el otro.

Tendremos que admitir las diferencias, sin ridiculizar ni agredir de ningún modo, siendo siempre respetuoso con las personas. “Ser tolerante en familia, por ejemplo, implica un respeto mutuo entre todos sus miembros, siempre y cuando las opciones personales no perturben la estabilidad y el buen funcionamiento de todo el colectivo”, explica el portal de prevención de drogas ‘Proyecto Hombre’. Aprender a ser una persona con esta capacidad no es fácil, porque no se enseña en colegios o universidades. Es algo que debe venir de los valores del hogar.

Cuidado, no nos dejemos confundir, la palabra tolerancia hoy se está usando con mucha ligereza y a conveniencia de aquellos que no tienen principios, se usa para justificar todo aquello que está fuera de los límites morales, sociales y aún legales, exigiendo y pidiendo tolerancia. ¡Qué equivocados están!
Soportándose los unos a los otros, y perdonándose los unos a los otros si alguno tuviere queja del otro; de la manera que Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes. Col. 3:13
Es nuestra responsabilidad como padres y adultos, enseñar correctamente a nuestras generaciones el significado y la aplicación de dichos pilares.
narda
Ahora el Tercer Pilar:
Respeto: Este pilar es el centro de las relaciones y armonía familiar. Es la virtud de reconocer y valorar la dignidad de las personas como seres especiales, únicos e irrepetibles. Podemos practicar el respeto dando buen trato a todos en casa, siendo amables y haciendo un ambiente propicio a todos los integrantes de nuestro hogar.
El respeto a la familia se muestra escuchando las opiniones de cada uno y sus puntos de vista, para llegar a un acuerdo en consenso, aceptando la decisión final, a pesar de que en ocasiones no sea la que yo he propuesto.
Cumplir con las reglas que se establecen en todo hogar, es otra forma de expresar el respeto y lograr una convivencia pacífica y un ambiente familiar agradable.

El respeto es uno de los valores universales al igual que la compasión, la obediencia y el amor. “Honrar a los padres, al prójimo, obedecer a Dios y a las autoridades,” son ejemplos de respeto que todos conocemos.
El respeto es la consideración y valoración especial ante alguien y algo, al que se le reconoce valor social o especial diferencia. También es uno de los valores fundamentales que el ser humano debe tener siempre presente a la hora de interactuar con personas de su entorno
“Honrar a los padres, al prójimo, obedecer a Dios y a las autoridades, son ejemplos de respeto que todos conocemos.”
la biblia
No puedo dejar de compartir un pedacito de mi vivencia como familia; Nunca hubiésemos podido implementar y poner en marcha estos pilares en nuestra casa efectivamente, sin la ayuda de Dios. Primero tuve que permitir que Dios cambiara mi vida y posteriormente lo hizo también con toda mi familia y lo sigue haciendo. Mi compromiso, así como el tuyo es determinante para que Dios nos ayude; quienes estamos hoy aprendiendo a través de este medio somos responsables que nuestra familia crezca.
¡Atentos a los próximos dos pilares!

Estos pilares me enseñan q la tolerancia no es ser permisivos, como todo en la vida también tiene sus límites.